miércoles, 2 de diciembre de 2009

Introducción de fusibles.

El fusible es un dispositivo constituido una lámina de un metal de bajo punto de fusión que se intercala en un punto determinado de una instalación eléctrica para que se funda. Cuando la intensidad de corriente supere, por un cortocircuito o un exceso de carga, un determinado valor que pudiera hacer peligrar la integridad de los conductores de la instalación con el consiguiente riesgo de incendio o destrucción de otros elementos.

Las tensiones de trabajo van desde unos pocos voltios hasta 132 kV; las corrientes nominales, desde unos pocos mA hasta 6 kA y las capacidades de ruptura alcanzan en algunos casos los 200 kA.

El funcionamiento del fusible es muy simple: se basa en intercalar un elemento más débil en el circuito, de manera tal que cuando la corriente alcance niveles que podrían dañar a los componentes del mismo, el fusible se funda e interrumpa la circulación de la corriente.

Historia

Primera Etapa

En 1880 se trabajaba solamente en corriente continua, por lo que además de la fusión debía producirse la rápida separación de los electrodos a fin de apagar el arco eléctrico. Los primeros diseños eran de tipo abierto, por lo que fundía expulsado en forma de gotas, con mayor o menos violencia según la energía de corriente que lo fundía.

Segunda Etapa

Comienza en 1906, se definió el principal parámetro de trabajo del fusible la "corriente mínima de fusión". En esa publicación se presenta la denominada constante de Meyer, valor que permite determinar el tiempo de fusión de un fusible.

La idea era en que si el elemento alcanzaba la fusión, interrumpiría la sobre corriente.